Escrito por Marco Quesada, Director de Conservación Internacional Costa Rica
Siempre me ha sorprendido la inmensa capacidad que tenemos para adaptarnos y acostumbrarnos a lo que nos rodea. Recuerdo que cuando era niño, ver hormigas en mi vecindario era lo más normal. Entre las varias especies de hormigas que habitaban mi vecindario, estaban las zompopas. Me acostumbré a verlas caminar en largas filas, cargando enormes pedazos de hoja y ver las plantas desaparecer de un día para otro. Muchos años después, trabajando como guía de turismo, me sorprendió un día ver a un grupo de turistas detenerse por 10 minutos a para ver una línea de zompopas que atravesaba el bosque y que yo mismo ignoré porque olvidé que lo normal para mí puede ser en realidad, algo especial.
Es algo que he continuado viendo a través de mi vida. Dejamos de notar cosas y comportamientos, buenos y malos, que nos rodean. Estamos acostumbrados a la belleza de nuestras montañas y de nuestras playas, por ejemplo. A bañarnos en un mar limpio y a comer mariscos de vez en cuando. Sigue leyendo